El designio Salvador de Dios brota del amor final del padre que desde siempre ha proyectado y realizado su plan en la historia con la participación y colaboración del hombre.
El resucitado envía a su iglesia a continuar su obra con la fuerza del espíritu Santo. Esta tarea, misión y vocación es la evangelización.
La evangelización, vocación y misión de la Iglesia en el mundo es el reclamo urgente frente a los retos del tercer milenio. Por eso el papa nos llama a "remar mar adentro" (Duc in altum)
En este marco la Parroquia es el lugar privilegiado para llevar a cabo esta tarea que haga posible el encuentro con Jesús y la participación en su obra salvadora, haciendo realidad el diálogo del Evangelio con las culturas y situaciones de cada comunidad. Esta tarea de inculturación marcará la renovación y transformación de nuestra gente con la fuerza y dinamismo del Evangelio.
Por ello queremos ser un Decanato con Parroquias que vivan y realicen el proyecto de Jesús como comunidades evangelizadas y evangelizadoras. Esto quiere decir:
Un anuncio de la buena nueva dentro de un proceso orgánico, sistemático e integral, donde la palabra de Dios sea el punto de referencia permanente dinámico con la riqueza de la tradición y la fidelidad al magisterio eclesial. Este anuncio supone y exige un testimonio de vida que manifieste comunitariamente que el proyecto de Jesús es realizable y operativo en la vida cotidiana del hombre de hoy.
Una celebración viva y consciente que haga posible el encuentro - comunión con Dios por Cristo en el Espíritu Santo. Celebración de los sacramentos que supone adecuada preparación y una vida de oración que permita asimilar y valorar el don de Dios y que sepa integrar la religiosidad popular en el proceso evangelizador.
Una vida cristiana que sea respuesta a la acción salvadora de Dios, que se va experimentando y participando a través de la vida sacramentaria que exprese el dinamismo vital de la fe, que nos hace esperar la plena participación en la vida divina y que se manifiesta y actúa por la caridad. Importa aquí encontrar caminos concretos para hacer operativa la doctrina social de la Iglesia.
Todo este proceso debe ser vivido y experimentado en comunidad y exige que conduzca a una vida comunitaria y fraterna por el servicio y la solidaridad.
Queremos que este proceso evangelizador reciba de la palabra de Dios su fuerza y vitalidad, que sea un proceso permanente y dinámico, orgánico e integral y que sepa integrar en forma eficaz, dinámica y convincente:
El anuncio, la celebración y la vida - testimonio, en y por la comunidad, de manera que así, se haga realidad la parroquia comunidad de comunidades.
Los diferentes niveles y necesidades de la parroquia; niños y jóvenes, matrimonios, adultos, enfermos y ancianos, presacramentales, sectores o niveles laborales, socioeconómicos, etc.
Los diferentes grupos y movimientos en la tarea evangelizadora y la construcción de la comunidad.
Una misión permanente tanto ad intra como ad extra, abierta a todos, sectorizando de acuerdo a las realidades y necesidades y que tenga como finalidad la Santidad como realidad presente y cotidiana y no sólo como ideal futuro o irreal.
Finalmente se requiere de Pastores y agentes de evangelización que tengan una experiencia vital de Cristo Vivo, un espíritu misional, verdaderos animadores de la vida espiritual, evangelizadores capaces de conducir al encuentro- comunión con Jesús.
Los presbíteros, llenos del espíritu de Cristo y con un corazón paterno, serán verdaderos animadores de la acción pastoral capaces de promover la participación de los laicos y el trabajo en equipo.
A raíz del concilio Vaticano segundo que pretendió realizar una renovación en la pastoral de la iglesia el cango bowler anduve recorriendo las diversas diócesis de México y entre ellas le tocó turno a Puebla como resultado de la reunión sostenida en el seminario 1974 se fue buscando la forma de trabajar más eficazmente y surgirán los decanatos.
Abarcando el poniente de la ciudad quedó el decanato de Santa Teresita del niño Jesús que comprendía 12 parroquias y 5 templos, a saber:
San Pablo Xochimehuacán -párroco Gilberto Pacheco
San Felipe Hueyotlipan -párroco Luis Ruiz
San Jerónimo Caleras -párroco Ricardo Cuatláyotl
La Inmaculada Concepción -párroco Alfonso Niño
Santa Teresita del Niño Jesús -párroco Antonio Espinosa
Santiago Apóstol -párroco Rafael Figueroa
Nuestra Señora de Guadalupe Volcanes -párroco Salvador Martínez
Nuestra Señora de Los Ángeles -párroco Roberto Murrieta
San José mayorazgo -párroco Isauro Corona
Nuestra Señora del Refugio -párroco Raúl Rojas
Nuestra Señora de Guadalupe Manantiales -párroco Gregorio Huesca
Nuestra Señora de San Juan de los Lagos -párroco Genaro García
Sagrada Familia -párroco Jesús Oropeza
San Sebastián -párroco Baltazar Guzmán
Nuestra Señora del Líbano -párroco Gabriel Aguilar
Nuestra Señora de la Asunción -párroco Manuel Bagatella
Se nombró como primer Decano al P. Luis Ruiz y Vicedecano al P. Baltazar Guzmán hasta el año 1982. Los siguientes decanos han sido:
De 1982 a 1984 padre Antonio Espinoza de 1984-1987 Padre Guadalupe Hernández
De 1987 a 1990 Padre Leandro Ríos
De 1990 a 1993 Padre Alfonso niño
De 1991-1996 Padre Samuel Hernández
De 1996 a 1999 Padre José Luis Bermúdez
De 1999 a 2002 Padre Fermín Ramírez
De 2002 a 20xx Padre Alfredo Gutiérrez
De.... al presente Padre Mariano Montes Huerta
El 5 de noviembre de 1986 en el consejo presbiteral se tomó la determinación de dividir en dos partes el Decanato. Se formó el de San José mayorazgo quedando integrado con las parroquias del Sur.
Actualmente las parroquias que integran el decanato son:
Parroquia de Santa Teresita
Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos
Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción
Parroquia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón (El Cielo)
Parroquia de Nuestra Señora del Líbano
Parroquia de San Sebastián
Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados
Parroquia de Santiago
Parroquia de Guadalupe y San Juan Diego